martes, 15 de febrero de 2011

mañana...

Esto es lo que se llama
mi última entrada siendo menor de edad.

Cómo pasa el tiempo.
Y de qué forma más perra pasa el tiempo.






En fin... tanto moñismo no es bueno.
Está lloviendo y hace un tiempo de estos que dan asco. Será por eso, digo yo.

viernes, 4 de febrero de 2011

¿no es cierto?

¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor que en esta apartada orilla más pura la luna brilla y se respira mejor? Esta aura que vaga llena de los sencillos olores  de las campesinas flores que brota esa orilla amena; esa agua limpia y serena que atraviesa sin temor la barca del pescador que espera cantando el día... ¿no es cierto, paloma mía, que están respirando amor? Esa armonía que el viento recoge entre esos millares de floridos olivares, que agita con manso aliento ese dulcísimo acento con que trina el ruiseñor de sus copas morador llamando al cercano día... ¿no es verdad, gacela mía, que están respirando amor? Y estas palabras que están filtrando insensiblemente tu corazón, ya pendiente de los labios de don Juan, y cuyas ideas van inflamando en su interior un fuego germinador no encendido todavía... ¿no es verdad, estrella mía, que están respirando amor? Y esas dos líquidas perlas que se desprenden tranquilas de tus radiantes pupilas convidándome a beberlas, evaporarse a no verlas de sí mismas al calor, y ese encendido color que en tu semblante no había, ¿no es verdad, hermosa mía, que están respirando amor?

¡Oh! sí, bellísima Inés, espejo y luz de mis ojos; escucharme sin enojos como lo haces, amor es; mira aquí a tus plantas, pues, todo el altivo rigor de este corazón traidor que rendirse no creía, adorando, vida mía, la esclavitud de tu amor.